4
Y se levantó Abías sobre el monte de Zemaraim, que
es en los montes de Efraín, y dijo: Oídme, Jeroboam y todo Israel
5
¿No sabéis vosotros, que el SEÑOR Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos en alianza de sal
6
Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor
7
y
que se allegaron a él hombres vanos, hijos de Belial, y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y tierno de corazón, y no se defendió de ellos
8
Y ahora vosotros consultáis para fortificaros contra el reino del SEÑOR
que está en mano de los hijos de David;
porque sois muchos, y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os hizo por dioses
9
¿No echasteis vosotros a los sacerdotes del SEÑOR,
a los hijos de Aarón, y
a los levitas, y os habéis hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras,
para que cualquiera venga a consagrarse con
un becerro y siete carneros, y
así sea sacerdote de los que no son dioses
10
Mas
en cuanto a nosotros, el SEÑOR
es nuestro Dios, y no le hemos dejado; y los sacerdotes que ministran al SEÑOR
son los hijos de Aarón, y los levitas
son los que están en la obra
11
los cuales queman al SEÑOR los holocaustos cada mañana y cada tarde, y el incienso aromático; y ponen los panes sobre la mesa limpia, y el candelero de oro con sus lámparas para que ardan cada tarde; porque nosotros guardamos la ordenanza del SEÑOR nuestro Dios; mas vosotros le habéis dejado
12
Y he aquí Dios
está con nosotros por capitán, y sus sacerdotes con las trompetas para que suenen alarma contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra el SEÑOR Dios de vuestros padres, porque no os sucederá bien